Tras 54 años de Gobierno conservador, por primera vez en más de medio siglo la izquierda consigue una clara y firme mayoría absoluta en el país nipón, segunda potencia económica mundial, tras el EEUU del demócrata Barack Obama.
Sin duda es una noticia impactante y merecedora de primera plana. La imparable necesidad de cambio, ansiado por millones de japoneses desde hace tiempo, se ha hecho, por fin, patente a través de las urnas, con más de un 70% de participación ciudadana, y con especial presencia de voto juvenil.
Yukio Hatoyama, líder del Partído Demócrata de Japón (PDJ), se ha impuesto con rotundidad ante el Partido Liberal Democrático (PLD) con un discurso cargado de optimismo, necesidad de cambio y defendiendo una política más social, menos burocrática y centrada en la gente, en sus reales necesidades y sus demandas.
El triunfo del PDJ, formado por corrientes ideológicas que van desde el socialismo, pasando por el ecologismo y alguna que otra rama conservadora, pone fin a toda una era de descuido de los intereses de la ciudadanía, una era de sumisión respecto a EEUU, y una era de endeudamiento masivo que no ha repercutido como debiera en el bienestar de la población nipona.
Este logro social supondrá para los próximos años una inversión en proyectos orientados a mejorar la calidad de vida de la gente, a través de ayudas económicas que estimulen la natalidad (Japón es el país más viejo del mundo, con una esperanza de vida de 83 años) amplien las becas, mejoren el futuro académico de los jóvenes y protejan a los trabajadores en un contexto de crisis económica que ha provocado la tasa de paro más alta de la historia de Japón (5,7%).
El cambio logrado evidencia la falsedad de quien afirma que la izquierda se encuentra en decadencia en la sociedad del siglo XXI, de quien afirma que la Economía peligra en manos de los progresistas o de quien sostiene que es la ideología derechista la única capaz de dirigir con sabiduría y prosperidad el rumbo de un país.
Contrasta con el hecho de que también aquí, en Europa, la Alemania de Merkel está mostrando signos, a escasas semanas de las elecciones germanas, de un más que factible cambio de Gobierno que otorgaría la futura victoria a posibles coaliciones de izquierdas.
Nada está decidido todavía pero, sin embargo, Japón es la prueba de la palpable confianza de la gente en la izquierda, en sus ideas y ambiciones sociales, en su capacidad para hacer frente a los problemas económicos que asolan medio planeta y en la necesidad de un liderazgo progresista que abandere un futuro más justo, más social y más igualitario para todas y para todos.
1 comentario:
creo que estas son buenas noticias para el mundo en general.
:)
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