Hace más de tres años, el 3 de Julio de 2006, una fecha que muy poca gente recuerda hoy, Valencia no fue noticia esta vez por la inauguración de un nuevo y costoso macro evento, ni tampoco lo fue tanto por la, todavía sin factura, visita del Papa a la ciudad. El 3 de Julio de 2006 murieron en Valencia, en su línea 1 de metro, 43 personas en el accidente de tren urbano más grave y trágico de la historia de este país y de Europa.
Mucha gente, al leer estas líneas, se preguntará: ¿Qué hace este tipo hablando de algo que “quedó claro en su día”? ¿Por qué saca este tema?. La pregunta no debería formulárseme a mi, sino más bien a los 47 heridos que sobrevivieron al accidente, o a las decenas de familias, amigos o compañeros que perdieron a alguien en aquel tramo de la línea 1 de metro, que han quedado marcados de por vida e ignorados desde el primer día, sin apoyo ni atención.
Después de tres años, la Asociación de Víctimas del metro del 3 de Julio sigue concentrándose, puntualmente cada día tres de mes, para rendir homenaje a sus seres queridos y exigir a los políticos valencianos que asuman sus responsabilidades por aquel dramático y brutal accidente ocurrido en el transporte público valenciano, para que expliquen las irregularidades que envolvieron el caso y depuren competencias en la empresa gestora de Metrovalencia, FGV. Silencio e indiferencia es lo que reciben cada día tres.
Han pasado tres años, y todavía esperan que Francisco Camps se digne a recibirles, se digne a hablar con ellos, se digne a pedirles perdón o, simplemente, amplíe la seguridad de la línea 1 de metro, a día de hoy exactamente igual que cuando el accidente. Han pasado tres años, y nadie puede decir ahora que el comportamiento de las víctimas, incluso testarudez, responde a una estrategia política de alguna clase, o a algún reclamo económico. Esa gente no busca dinero, busca la verdad y la justicia, y no representan a ningún partido político, porqué hasta la oposición parece haber olvidado todo esto.
Desde el accidente, la Generalitat y el gobierno de Camps trató por todos los medios de ocultar las críticas, ignorar lo ocurrido y echar arena encima, banalizando las muertes de decenas de personas. Fue un tema incómodo de cara a las elecciones autonómicas de 2007, y se hizo todo lo posible por acelerar cuanto antes el proceso de investigación e indemnizaciones, muchas de ellas ridículas o brillantes por su ausencia.
En mi opinión, se le echó toda la culpa, de forma cobarde, al difunto conductor del comboy y al exceso de velocidad. Ni hubo dimisiones ni remodelación del equipo FGV por ningún lado. Desde un principio se desoyeron los informes sindicales previos al accidente que demostraban que se podía haber evitado de haber existido un esfuerzo de inversión en la seguridad de la línea, simplemente con una baliza; se vetaron expertos que la oposición propuso para esclarecer los hechos; desapareció, misteriosamente, el parte de averías del tren siniestrado, y todas las copias posibles; la comisión de investigación no duró ni una semana hábil en concluir; y así un largo etcétera de sombras y escasa transparencia.
La Asociación de Víctimas NO considera al Gobierno de turno de la Generalitat (PP) culpable del accidente, solamente pide respuestas claras y hechos que den fundamento a ya demasiadas frases vacías en defensa de un supuesto apoyo al ciudadano de a pie, y de honestidad política, en este caso evidenciada nula. Las víctimas reclaman una reforma de FGV para que se garantice la seguridad y confianza de la ciudadanía valenciana en su transporte público, piden una mejora de la seguridad del metro para evitar de nuevo una tragedia como la que ocurrió aquel 3 de Julio de 2006, un día que no debe desaparecer de nuestra memoria.
Mucha gente, al leer estas líneas, se preguntará: ¿Qué hace este tipo hablando de algo que “quedó claro en su día”? ¿Por qué saca este tema?. La pregunta no debería formulárseme a mi, sino más bien a los 47 heridos que sobrevivieron al accidente, o a las decenas de familias, amigos o compañeros que perdieron a alguien en aquel tramo de la línea 1 de metro, que han quedado marcados de por vida e ignorados desde el primer día, sin apoyo ni atención.
Después de tres años, la Asociación de Víctimas del metro del 3 de Julio sigue concentrándose, puntualmente cada día tres de mes, para rendir homenaje a sus seres queridos y exigir a los políticos valencianos que asuman sus responsabilidades por aquel dramático y brutal accidente ocurrido en el transporte público valenciano, para que expliquen las irregularidades que envolvieron el caso y depuren competencias en la empresa gestora de Metrovalencia, FGV. Silencio e indiferencia es lo que reciben cada día tres.
Han pasado tres años, y todavía esperan que Francisco Camps se digne a recibirles, se digne a hablar con ellos, se digne a pedirles perdón o, simplemente, amplíe la seguridad de la línea 1 de metro, a día de hoy exactamente igual que cuando el accidente. Han pasado tres años, y nadie puede decir ahora que el comportamiento de las víctimas, incluso testarudez, responde a una estrategia política de alguna clase, o a algún reclamo económico. Esa gente no busca dinero, busca la verdad y la justicia, y no representan a ningún partido político, porqué hasta la oposición parece haber olvidado todo esto.
Desde el accidente, la Generalitat y el gobierno de Camps trató por todos los medios de ocultar las críticas, ignorar lo ocurrido y echar arena encima, banalizando las muertes de decenas de personas. Fue un tema incómodo de cara a las elecciones autonómicas de 2007, y se hizo todo lo posible por acelerar cuanto antes el proceso de investigación e indemnizaciones, muchas de ellas ridículas o brillantes por su ausencia.
En mi opinión, se le echó toda la culpa, de forma cobarde, al difunto conductor del comboy y al exceso de velocidad. Ni hubo dimisiones ni remodelación del equipo FGV por ningún lado. Desde un principio se desoyeron los informes sindicales previos al accidente que demostraban que se podía haber evitado de haber existido un esfuerzo de inversión en la seguridad de la línea, simplemente con una baliza; se vetaron expertos que la oposición propuso para esclarecer los hechos; desapareció, misteriosamente, el parte de averías del tren siniestrado, y todas las copias posibles; la comisión de investigación no duró ni una semana hábil en concluir; y así un largo etcétera de sombras y escasa transparencia.
La Asociación de Víctimas NO considera al Gobierno de turno de la Generalitat (PP) culpable del accidente, solamente pide respuestas claras y hechos que den fundamento a ya demasiadas frases vacías en defensa de un supuesto apoyo al ciudadano de a pie, y de honestidad política, en este caso evidenciada nula. Las víctimas reclaman una reforma de FGV para que se garantice la seguridad y confianza de la ciudadanía valenciana en su transporte público, piden una mejora de la seguridad del metro para evitar de nuevo una tragedia como la que ocurrió aquel 3 de Julio de 2006, un día que no debe desaparecer de nuestra memoria.
Y mañana, como otros días y como otros tantos en el anonimato, volveré a coger el metro...
2 comentarios:
Si permitimos que no se rectifique antes los errores, permitimos que se vuelvan a producir.
Gracias por tu texto de hoy.
a mi me ha impactado mucho como se ha tapado este asunto, como desde la generalitat han puesto tierra de por medio. como bien dices, nadie acusa al PP del accidente, solo se intenta que una tragedia así no vuelva a ocurrir. y que cambien la puñetera lina 1 que todavia pululan por ahi trenes del año la picor... ¬¬ eso es lo que da vergüenza de esta ciudad; que paguen al alonsito una millonada, que no paren de invertir en eventos y edificios monumentales y que en cambio dejen de lado lo realmente importante. somos pura fachada ¬¬
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