30 de mayo de 2013

¿Aprobar Física, o Religión?


“El profesor de Física dice que no se puede convertir el agua en vino; el de Religión, que sí. Hay que aprobar las dos asignaturas”. Este fue uno de los comentarios más sonados en las redes sociales, poco después de saber que la nota de Religión volverá a contar para hacer media, estudiar una carrera o para acceder a becas, tras aprobarse el proyecto de reforma de la enseñanza del Gobierno de Rajoy, con la bendición de los obispos y la indignación de la práctica totalidad de la comunidad educativa.
 
Rouco Varela debe estar eufórico. Tras la franquista ley general de Educación de 1970, que impuso la asignatura de Religión como materia evaluable, convertida con la LOGSE de 1990 en asignatura opcional no computable en la nota media, el PP recupera con su “ley Wert” una reivindicación histórica de la Conferencia Episcopal: igualar el adoctrinamiento religioso al conocimiento científico en las aulas, además de la desaparición de la asignatura Educación para la Ciudadanía en valores democráticos.
 
Como respuesta, más de 20.000 personas han firmado la demanda de Joves Socialistes de eliminar la Religión del currículum escolar, porque la consideramos incompatible con una Educación pública, laica y de calidad, además de suponer un gasto público de 500 millones de euros al año en un profesorado que no es funcionario ni interino, mientras los impagos del Consell impiden que centros escolares puedan contratar docentes, y miles de estudiantes siguen hacinados en barracones.
 
Cuando cada vez menos jóvenes eligen ir a clase de Religión (54%) cae el número de ceremonias católicas y sólo una de cada cinco personas que dice ser católica va a misa, la jerarquía de la Iglesia intenta a la desesperada frenar la progresiva secularización de nuestra sociedad, temerosa de perder su influencia y privilegios, actuando como lobby de un Gobierno nostálgico del nacionalcatolicismo.
 
En definitiva, parece absurdo que para estudiar Medicina o Derecho valga lo mismo la nota de Matemáticas, Historia o Biología que la de Religión, pero más absurdo es el Concordato con la Santa Sede, utilizado para justificar este tipo de contrarreformas, cuando no para violar los derechos de la mujer y del colectivo LGTB. Así, el estudio de los milagros y credos, se equiparará al de los Derechos Humanos y la Ética. Así nos va.

Artículo publicado en el diario Levante-EMV (1/6/2013)