16 de junio de 2009

Paciencia

Las últimas noticias de estas semanas evidencian lo complicado de la situación económica que atraviesa medio mundo, pero de momento sabemos que lo peor ya ha pasado.

Si en mayo la ligera bajada del paro nos daba un soplo de aire fresco para despejarnos de los despidos, recesiones y caídas bursátiles, parece que el panorama económico no mejorará hasta el 2011, año que coincidirá con las elecciones autonómicas y municipales, y que, pese a la recuperación económica, el paro seguirá siendo elevado.

El Gobierno español no tiene la capacidad ni la misión de solventar los problemas de esta caída sin precedentes de la economía mundial, no es Zapatero ni su equipo económico los encargados de conseguir la recuperación económica, no.

El deber del Gobierno español pasa por aplicar las medidas necesarias para que la crisis global, la financiera, y la crisis del modelo económico provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria en España no arrasen con todo y podamos soportar este temporal típico de los tornados otoñales americanos.

En ese sentido, conviene que los retractores del gobierno conozcan el grueso de la estrategia económica llevada a cabo, el Plan E, un compuesto de decenas de medidas económicas dirigidas a la estimulación del empleo público y privado, la protección de los desempleados, de las familias y las empresas, con especial interés en las Pymes, saneamiento de las entidades financieras y el fomento del cambio de modelo productivo español por uno más sostenible, rentable, competitivo y seguro para el futuro.

El camino que nos queda por recorrer será duro, largo y complejo, pero vamos a salir de esta, con o sin ayuda de algunos, lo conseguiremos.

Es hora de tener esperanza, de ser entusiasta y de confiar en la pronta recuperación. Es una tarea de todos, un ejercicio de confianza, y es necesario que la ciudadanía entienda que para juzgar al Gobierno de su gestión de la crisis, hay que esperar a ver los resultados.

La paciencia es amarga, pero sus frutos dulces.

9 de junio de 2009

Reflexiones en clave nacional


El domingo se celebraron elecciones al parlamento Europeo y quisiera exponer mi reflexión acerca de sus polémicos resultados.
En primer lugar, conviene subrayar que han sido unas Elecciones Europeas caracterizadas por el mayor índice de abstención de su historia (42,94%) repitiéndose el nivel de abstención en España si lo comparamos con las elecciones de 2004, que sigue siendo, pese a superar la media europea, un nivel mínimo de participación.
Además, bien es cierto que la gente ha votado tanto en clave europea como nacional, unos más que otros, lo que explica la abstención en muchos casos. El hecho de que a mucha gente eso de Europa siga sonándole lejano y confuso hace que no haya motivación ni espíritu europeo que anime a salir a la calle y acudir a las urnas.
Es sabido que la abstención de voto no perjudica a la derecha, más bien lo contrario, ya que su falta de auto-crítica y control de sus lideres hace que sus simpatizantes voten siempre que tengan ocasión con la esperanza de aspirar a gobernar y así forjar su imperio, tal y como demuestra que en su feudos nacionales la derecha haya sido líder indiscutible pese a los escándalos de corrupción y mayor índice de paro que la media española ahora en tiempos de crisis.

Si los ciudadanos hubieran querido censurar al Gobierno habrían ido a votar masivamente, cuando no ha sido así. Por otro lado, el PSOE ha sido de los partidos socialistas europeos que menos han sido castigados en las urnas, manteniendo un porcentaje alto de voto y un contundente número de escaños, aunque no es menos cierto que existe una parte de la población descontenta con las políticas socialistas, algo, por otro lado, lógico en tiempos de crisis y avances sociales que en algunos casos crean polémica.

Los resultados, por tanto, no puede decirse que sean reflejo de lo que ocurrirá en futuras elecciones generales (que la derecha reclama con ansia y nerviosismo) ya que con un nivel de participación tan reducido y un contexto de dificultad económica tan coyuntural, estos resultados no son fiables ni sólidos para vaticinar lo que pasará dentro de dos o tres años, con una participación seguro que mayor por lo cercano que suponen unas elecciones municipales o generales, sumando que la capacidad del Gobierno para hacer frente a los problemas económicos se podrá juzgar con mejor criterio y corrección.

Por último, recordar que en época de Aznar, la derecha gano por 10 puntos al Psoe en las europeas, y sin embargo en 1996 Aznar superó al Psoe por solo 1,5 puntos en las generales, unido también a la alta abstención de entonces. Pero un caso más reciente lo encontramos en las elecciones municipales de 2007, donde el PP logro mayor cantidad de votos para después perder en las generales.