31 de octubre de 2010

¡Menuda Chapuza!


Valenbisi, el sistema de bicicletas públicas en Valencia, acumula una larga lista de quejas por parte de sus usuarios y usuarias, hartos de no poder utilizar en condiciones este servicio público que hemos pagado con nuestro dinero. Las críticas se multiplican, y con razón.

Prueba del hastío ciudadano se puede observar en los foros de las redes sociales. En Facebook han empezado a crearse grupos que critican la falta de bicicletas, especialmente en horas punta; piden que se instalen estaciones en las zonas más alejadas del centro de Valencia, o denuncian la inexistencia de carril bici en varias zonas y tramos de la ciudad, por la incomodidad y el peligro que supone circular por una calzada saturada de vehículos.

¿Por qué tantos problemas? Actualmente existen unas 13.000 personas que han pagado por utilizar este ecológico, barato y saludable medio de transporte público, pero todavía faltan por instalar decenas de estaciones por toda la ciudad, especialmente en barrios de la periferia, e incluso sería conveniente plantear la posibilidad de aumentar el número de plazas que dispone cada estación, al menos en aquellas zonas en las que el uso de la bicicleta está más extendido, como es la zona universitaria.

Una solución provisional que se está adoptando es trasladar bicicletas desde aquellas zonas en las que no hay mucha demanda hasta aquellas en las que sí la hay. El inconveniente es que, tratando de solucionar el déficit de bicicletas, se acaba creando un problema de falta de espacio libre para acoplarlas una vez llegas a tu destino.

La excusa que nos dan es que se trata de un servicio que lleva poco tiempo en marcha. Pero la realidad es que no existe una voluntad firme por parte del Ayuntamiento de mejorar la red de movilidad ciclista en la ciudad, ya sea ampliando el carril bici o poniendo solución al problema de Valenbisi, de ahí las habituales protestas y manifestaciones de ciclistas.

Al final parece ser que a este Ayuntamiento no le interesa fomentar el uso del transporte público, obligando a que la ciudadanía, especialmente jóvenes, tengamos que sufrir las consecuencias de precios abusivos y un servicio de transporte público indecente, sin que la administración sea capaz de garantizar nuestro derecho a un transporte público de calidad.

29 de octubre de 2010

Joven, cállate




En les Corts Valencianes se ha empezado a debatir el anteproyecto de Ley de la Juventud de la Comunidad Valenciana, cuyo preámbulo marca como un objetivo principal el “potenciar todos los cauces de participación y compromiso de los jóvenes con la sociedad en general, y con la sociedad valenciana en particular”, favoreciendo así el “desarrollo de medidas que favorezcan la plena participación de la juventud en la sociedad civil, con la finalidad de implicarla en la actividad política, social, económica, cultural y solidaria de la sociedad valenciana”.

Paradójicamente, para la elaboración de esta Ley de Juventud no se ha contado en ningún momento con la participación de sus protagonistas, las y los jóvenes valencianos. El Consell de la Joventut de la Comunitat Valenciana (CJCV), máximo órgano de representación de la opinión juvenil, denuncia que esta ley elimina sus funciones y, principalmente, cambia su estatus convirtiéndola en una entidad privada, y por tanto con nula capacidad de influencia en las decisiones políticas que desde los gobiernos locales y autonómico atañen a la juventud, al contrario de lo que ampara la Constitución y al contrario de como ha venido siendo hasta ahora. Además, CJCV rechaza esta ley por ambigua en su contenido y pobre en cuanto a medidas.

La Generalitat perjudica a la juventud valenciana. Recorta las ayudas autonómicas para que todos y todas podamos estudiar dignamente, para que termine de una vez la vergüenza de los barracones en centros públicos, para combatir el alto índice de fracaso escolar o se salde la deuda con las Universidades valencianas; no ataja el grave problema del paro juvenil valenciano (superior al 40%) ni soluciona la polémica en torno al botellón o la mala calidad de nuestro transporte público. Ahora, para colmo, pretenden acallar la voz crítica de la juventud contra esta realidad que nos golpea.

¿Realmente era necesaria una Ley de Juventud para demostrar que el Govern valencià se preocupa por nuestras necesidades e inquietudes? Como siempre, al final lo que se va a debatir no es una ley que ponga encima de la mesa medidas concretas en materia de juventud, que garantice su cumplimiento y que se disponga de un presupuesto económico para llevarlas a cabo. Y es que la derecha asume y acepta el rol de padre autoritario que impone su criterio “por el bien” de sus hijos: “¿Qué dices, hijo? Anda, cállate”.

13 de octubre de 2010

ZAS, en tota la copa


El costum de beure al carrer és una alternativa econòmica d’oci que no entén de cultures ni de països. Açò és una realitat. La diferència radica a l’hora de com es regula i es gestiona des de l’administració aquest tipus d’activitat, que si bé conta amb el suport majoritari del col.lectiu juvenil com a principal protagonista, també supossa un munt de queixes i de problemes socials que demanen una solució responsable, sensata i eficient.

A la ciutat de València l’administració ho té molt clar: prohibició i repressió. Lo curiós és que no existix una norma que regule expressament l’assumpte del botelló, sino massa burocràcia que deixa el tema sense acabar de tractar, d’ahí la necessitat de prende messures pràctiques, més enyà d’anar declarant ZAS (zones acústicament saturades) per tot arreu, aprobar ordenances municipals restrictives o intimidar mitjançant la presència policial, que poc pot fer per a resoldre la situació.

Enlloc de traslladar el problema de barri en barri, de Tarongers a la platja i viceversa, el millor que es podría fer és gestionar bé les zones a on les i els joves es reunixen per a divertir-se al carrer, zones que deurien ser delimitades i habilitades pel govern local especialment per a organitzar esta classe d’aglomeracions, tal com ocorre a moltes altres ciutats i municipis amb Ajuntaments realistes i responsables, que pensen en la joventut i es preocupen per les seues demandes.

La relitat del botelló existix per una llógica senzilla. La joventut es caracteritza per ser un col.lectiu amb una alta precarietat laboral i una especial dificultat per aconseguir ingresos econòmics, i és per això que, dabant els preus abussius de discoteques i pubs de festa, l’alternativa de beure al carrer s’apareix com l’única opció per a gaudir de l’oci nocturn. Potser un altre tema a debatre deuria ser quin tipus d’oci s’ens oferix i quin realment existix, possiblement.

Definitivament, la qüestió del botelló a València necessita abordar-se en conjunt i reflexivament, escoltant sobre tot la veu de la joventut, representada pel Consell de la Joventut de València, i adoptant messures coherents amb la idea de que mai es podrá solucionar amb violència ni autoritarisme, sino amb educació en valors cívics i salutables, concienciació ciudadana i polítiques realistes que oferisquen a la joventut i al veïns i veïnes de la ciutat solucions de veritat.

10 de octubre de 2010

AVE socialista


Zapatero apuesta por Valencia. Con la llegada del AVE, podremos viajar a Madrid en tan sólo 90 minutos y España se convertirá en el país europeo, referente internacional, con mayor número de kilómetros de Alta Velocidad disponibles. Se calcula, además, que el impacto económico en la capital y en el conjunto del País Valenciano rondará los 3.600 millones de euros, se crearán unos 33.000 empleos al año y estaremos hablando de uno de los mayores impulsos para la mejora y modernización de nuestra economía.

Proyectos como el del AVE Madrid-Valencia 2010, el AVE Madrid-Alicante 2012 o el plan de Infraestructuras Ferroviarias para las Cercanías de la Comunidad Valenciana 2010-2020, suponen la mayor inversión de la historia en nuestra región y el mayor elemento de transformación para el futuro y para las próximas décadas. Una realidad que existe gracias al compromiso del Gobierno socialista español para asegurar el futuro y el bienestar del pueblo valenciano.

A finales de año mejorará la comunicación interna y externa del territorio valenciano, convirtiendo el ferrocarril en un medio de transporte de mayor calidad, económico y más sostenible que el coche privado o el avión, beneficiando al medio ambiente y en clara contraposición a los planes de infraestructuras y transportes que la Generalitat lleva años anunciando pero que en la práctica se retrasan, no se finalizan y cuentan con innumerables quejas ciudadanas y huelgas de trabajadores por su incompetente gestión.

Desde la victoria del PSOE en las generales del 2004 ha sido cuando se ha hecho un mayor esfuerzo inversor de miles de millones de euros para que el AVE llegara a Valencia en 2010. Por no hablar del año 2011, cuando se inaugure la nueva Terminal del Aeropuerto del Altet en Alicante, el Trasvase Júcar-Vinalopó, la culminación de la autovía A7 entre Valencia-Alicante, etc. Mienten si creen que un 1,5% del proyecto financiado por el gobierno Aznar les legitima para apuntarse el tanto a favor del AVE.

La llegada del AVE socialista, por todo ello, es una clara prueba de lealtad para con todos los valencianos y valencianas y la gente que vivimos aquí. Un acontecimiento histórico que repercutirá enormemente en nuestro día a día y que marca la diferencia en cuanto al tipo de gobierno y de políticas que se preocupan realmente por nuestros intereses.

8 de octubre de 2010

Jo vote Calabuig


Joan Calabuig serà el candidat socialista a l’alcaldía de València. Així ho han decidit les bases del PSPV de la capital tras haver-se donat al si del partit un procés intern de democràcia participativa y plural, gràcies al qual la ciutadanía estem coneixent millor quina és l’alternativa progresista que vol liderar el canvi polític a aquesta formidable ciutat.

Necessitem un Ajuntament de València que tinga com a principal prioritat les persones, la solució dels nostres problemes, que done resposta a les nostres necessitats i garantisca el nostre benestar, tant si vivim al centre com a la perifèria; en lloc d’unes polítiques municipals centrades en financiar de sotamà “Grandes Eventos” que duren un cap de setmana i dels que només gaudixen uns pocs, a més de la coneguda afició per la construcció de macro-projectes urbanístics d’elevats sobrecostos, cuestionable utilitat y limitat atractiu turístic.

La gent d’esta ciutat está cansada d’un Ajuntament que s’ha quedat sense idees ni respostes, que és autoritari, que preferix preocupar-se pels jardins del riu i per la València “de postal”, amb la il.luminació més costosa i contaminant d’Europa, i que a més a més ignoran a la perifèria i a la seua gent, que com a conseqüència directa de la deixadesa i l’abandò del govern local, te menys esperança de vida que la que es dona a altres barris “de primera”.

La joventut vol un canvi en esta ciutat. Som un col.lectiu ignorat per l’Ajuntament, només cal fixar-se en el despreci que fan al Consell de la Joventut de València, portaveu de la inmensa majoria d’associacions juvenils de tot tipus valencianes, que en lloc de ser escoltat i promocionat, es boicotejat i asfixiat econòmicament per tal d’acallar les veus crítiques de tots els i les joves cap al govern local, tancat al diàleg i a escoltar les propostes de la joventut.

En definitiva, València vol un canvi. Un canvi per a que al gent no relacione el nom de València amb el d’una alcaldessa protagonista dels monòlegs d'humor i esquetxos televisius, una alcaldessa que abans se pareix a la “Rita Medieval” de Xavi Castillo que a una política de nivell, preocupada pel benestar de totes i tots els que vivim ací.

València vol i necessita un canvi, i eixe canvi haurà de vindre de la mà de Joan Calabuig. El viatge ha començat, será difícil, però en democràcia res es impossible.