31 de diciembre de 2011

El que ens espera

2011 se’n va i, amb ell, alguns dels titulars més impactants dels últims anys. La indignació ciutadana reflectida al moviment del 15M, Francisco Camps el primer president que dimitix i es senta a la banqueta per corrupció, el socialisme espanyol i valencià fa un profund examen de consciència, ETA desapareix de les nostres vides,...però, sobre tot, destaca especialment la majoria absoluta del PP de Rajoy.

Ens hem passat huit anys suportant insults i atacs constants a l’últim govern socialista. Primer va ser pels avanços socials i la conquesta de nous drets per a la dona i el col•lectiu LGTB, per combatre el terrorisme, el Canvi Climàtic, per la Memòria Històrica, o per defensar l’Espanya plural i descentralitzada que creu en l’autonomia dels seus pobles. Finalment, el que no aconseguiren amb la crispació i l’enfrontament ho han fet aprofitant la situació de crisi econòmica, jugant amb el patiment i la inseguretat de la gent.

La dreta política va demanar en les darreres eleccions, tant autonòmiques, locals com generals, un vot fidel, cec, amb un lema simple: “Suma’t al canvi”, “Ahora empleo”. Van guanyar amb una majoria absoluta irreal, pràcticament amb el mateix número de vots que al 2008, resultat d’una llei electoral restrictiva, antiga i poc democràtica. El vot de l’esquerra es va dividir, i l’abstenció va ser significativa, donant com a resultat unes institucions públiques dominades pel conservadorisme neoliberal que representa el PP.

Tot i això, ara els hi toca governar. Ja no val l’ambigüitat i la crítica destructiva del seu discurs, ja no val callar el que van a fer. Si tanta raó i “sentit comú” diuen que tenen, si tant ens van prometre, que el partit amic de les tesis que van generar aquesta crisi financera internacional, i causant de la bambolla Inmobiliaria durant l’etapa d’Aznar, ens diga què pensa fer per a solucionar el greu problema del desocupament i del frau fiscal, com frenar l’especulació, mantenir la cohesió social i garantir els nostres drets amb un fort Estat Social del Benestar. Potser no ho veuen com un problema.

S’han esperat, i ja han eixit del seu amagatall (salvat de Rajoy). En qualsevol cas, el PP ens acomiada l’any amb 9.000 milions d’euros de retalls socials i eliminació d’ajudes públiques, anuncia menys drets i, fent gala de la seua coherència, més impostos a les classes humils i treballadores. Només “es el inicio del inicio”, diuen...

Bon any i molta sort a tothom

21 de diciembre de 2011

El poder de la situación

¿Nos comportamos de la misma manera en grupo que individualmente? ¿Qué factores influyen a la hora de explicar nuestra conducta social? ¿Actuamos siguiendo los dictados de la masa o prevalece por encima de todo nuestra opinión personal, creencias, nuestra personalidad?

Para conocer mejor el significado de la expresión “poder de la situación”, nos hemos apoyado en el visionado de reportajes, entrevistas a profesionales, lectura bibliográfica e incluso películas que, en conjunto, completan la definición de lo que entendemos acerca de la influencia social del grupo sobre el individuo.

Desde siempre la Psicología Social se ha interesado, entre otras cuestiones, por investigar cómo el individuo se relaciona con su entorno, cómo el contexto en el que se desenvuelve afecta a su conducta, teniendo en cuenta que existen diferencias evidentes entre cómo nos comportamos o pensamos individualmente y cuando lo hacemos en presencia de otros/as (por ejemplo, no nos comportamos igual viendo un evento deportivo en solitario que en compañía).

Partiendo de los estudios sobre el liderazgo de Lewin durante el siglo XX, diferentes personalidades importantes se han lanzado a investigar este fenómeno desde un punto de vista científico psicológico, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, tratando de dar explicación al auge de los totalitarismos políticos durante los oscuros años europeos, en gran parte legitimados socialmente.

En este sentido, al margen de los trabajos de Theodor Adorno, Erich Fromm o Wilhelm Reich sobre lo que llamaron la “personalidad autoritaria”, el “miedo a libertad”, o la “psicología de las masas del fascismo”, que arrojaron un poco de luz sobre el por qué de aquella sumisión de la sociedad alemana ante la barbarie nazi, o el silencio ante los crímenes del fascismo italiano, llama la atención el famoso estudio llevado a cabo por Milgram en la época de los años 70 sobre la obediencia.

Más del 65% de las personas participantes en su experimento cumplieron con la orden directa del investigador (figura de autoridad) de infligir una (falsa) descarga eléctrica mortal a un desconocido tras fallar en la realización de una tarea determinada. ¿Por qué esta conducta?

Destaca también el polémico experimento de la cárcel de Stanford con estudiantes, llevado a cabo por el profesor y psicólogo social Philip Zimbardo a principios de los años 80 en Estados Unidos.

Zimbardo puso de manifiesto que, ante una situación límite, nos comportamos de manera diferente cuando nos presiona el llamado “poder de la situación”. Hasta la mejor persona puede acabar realizando acciones crueles y violentas en un momento dado.

Cabe mencionar la reciente entrevista en el programa televisivo ‘Redes’, de difusión científica, al profesor Zimbardo, titulado “La pendiente resbaladiza de la maldad”.

En el programa, el famoso Eduard Punset pregunta a Zimbardo fundamentalmente por su polémico experimento sobre el poder de la situación, así como su libro “El efecto lucifer”, analizando las causas y consecuencias de lo que pudo observar entonces. Una experiencia emocionalmente dura, que incluso se ha llevado al cine con la película alemana Das Experiment (El experimento) del director Oliver Hirschbiegel, rodada en el año 2001.

Esta película muestra a un grupo de psicólogos queriendo realizar un estudio de la vida en la cárcel. En la universidad de Standford decidieron estudiar la conducta de la represión y la obediencia, reclutaron un numero de voluntarios, aleatoriamente los dividieron entre guardias y reclusos, y montaron una cárcel en una parte del departamento.

La cosa se les fue de las manos... Los guardias empezaban a ser crueles de verdad (psicológicamente, que no llego a más), a jurar que los presos "se lo merecían", los presos empezaban a dudar de si de verdad era experimento o los habían metido presos, hubo intentos de motines, gente con colapsos nerviosos, otro que perdió completamente el concepto de autoestima, etc...

Sin embargo, las críticas hacia la película señalan que, si bien toma esta base argumental para al principio ceñirse a la historia real, más tarde desbarra hacia el "espectáculo" gratuito.

También podemos hablar de otra película muy difundida entre profesionales de la psicología, pedagogía y hasta magisterio que se adentra en este fenómeno de la influencia social. Nos referimos a la producción cinematográfica, también alemana, “Die Welle” (La Ola), del director Dennis Gansel.

Esta película, ambientada en la Alemania actual, narra la historia del profesor de instituto Rainer Wenger (Jürgen Vogel) al que se le ocurre la idea de un experimento que explique a sus alumnos cuál es el funcionamiento de los gobiernos totalitarios. Comienza así un experimento que acabará con resultados trágicos.

En apenas unos días, lo que comienza con una serie de ideas inocuas como la disciplina y el sentimiento de comunidad se va convirtiendo en un movimiento real: LA OLA. Al tercer día, los alumnos comienzan a aislarse y amenazarse entre sí.

Cuando el conflicto finalmente rompe en violencia durante un partido de water polo, el profesor decide no seguir con el experimento, pero para entonces es demasiado tarde, LA OLA se ha descontrolado...

La conclusión a la que llegan Punset y Zimbardo, es que las y los seres humanos no es que nazcamos siendo “buenos” o “malos” por naturaleza, sino que poseemos mayoritariamente la capacidad empática propia de los seres sociales que somos, pero indudablemente también poseemos la capacidad de hacer el mal, de ser violentos, de actuar haciendo daño. Según Zimbardo, es la situación, junto a otras más variables, lo que determina el cómo de nuestra conducta, lo que determina que una persona aparentemente normal, incluso “ejemplar” moralmente hablando, pueda llegar a cometer acciones terribles que jamás pensaríamos que podría cometer.

Un ejemplo clásico de esta reflexión tiene que ver con la dura realidad de un conflicto bélico, en donde el ser humano se encuentra en una situación extrema, donde está en juego su vida, la de sus amistades y familia, su hogar, situaciones de vida o muerte donde se llevan a cabo auténticas barbaridades por parte de personas a otros individuos, y qué decir tiene cuando se trata además de guerras civiles.

En cualquier caso, son numerosos los estudios y expertos/as que no acaban de confiar en esta supuesta “despersonalización” individual que ocurre ante situaciones determinadas, en las que cambiamos nuestra conducta para adaptarnos a las circunstancias, muchas veces “sin darnos cuenta” o sin ser conscientes de nuestros actos (erros fundamental de atribución).

En mi opinión, son variables como, evidentemente, el tipo de situación, pero también variables de personalidad, de género, edad, cultura, las que determinarán en última instancia nuestra conducta social. Una simbiosis entre elementos individuales-grupales interrelacionados cuyo equilibrio muchas veces es incierto, difícil de alcanzar por la complejidad de componentes que intervienen.

9 de diciembre de 2011

Convivència

La ciutat de València compta amb les millors característiques per a convertir-se en “l’Amsterdam espanyola”. Un envejable clima mediterrani i un relleu pla fan de la capital del Túria idònia per a ser referent en transport ecològic i sostenibilitat mediambiental. Malauradament, l’Ajuntament de València continua negant-se a elaborar un Pla de Mobilitat Sostenible que ens acoste al model de “ciutat verda” que recull la Declaració d’Eurociutats.

Tot i això, bona part de la societat valenciana es mostra a favor d’impulsar polítiques mediambientals que combaten el Canvi Climàtic, per exemple, reduint la contaminació urbana fomentant un transport públic de qualitat i sostenible que disminuïsca els elevats índex de pol•lució. Tristament, enlloc d’això el govern local del Partit Popular ha iniciat fa unes setmanes una dura “campanya de multes” contra el col•lectiu ciclista a la ciutat de València.

I és que els més de 100.000 desplaçaments que diàriament hui es fan a València en aquest tipus de transport saludable, net i barat, han sorprès a bona part dels veïns i veïnes de la ciutat, acostumats a un trànsit caòtic i saturat, dominat pel soroll, velocitat i tot tipus de vehicles motoritzats, sobre tot pel cotxe privat, que cada vegada acapara més espais de la via pública, intimidant als i les ciclistes i obligant-nos a circular per un carril-bici insuficient i moltes vegades insegur, quan no per voreres, parcs o jardins.

Aquesta situació d’inseguretat i fins i tot “persecució” que patix el col•lectiu ciclista (més de 100.000€ en multes en només tres dies) no té més explicació que la voluntat política d’aconseguir a tot preu recaptar diners per tal de pal•liar l’escandalós deute de l’Ajuntament de Rita Barberá (vora 900 milions d’euros). Un deute que ben bé es podria reduir, per exemple, utilitzant un impost sobre la circulació que limite el trànsit d’automòbils al casc històric i sancione als vehicles més contaminants.

València té la capacitat, i el seu govern local la responsabilitat, de garantir una bona convivència entre bicicleta, vianants i automòbil. Ciutats com Estocolm o Copenhague han demostrat que açò és possible, només fa falta un Ajuntament de València sensible que es preocupe abans pel benestar de les persones que no per resoldre la seua pèssima gestió econòmica a costa de la butxaca d’una part important dels seus habitants que cada dia ens juguem la vida a la carretera.

1 de diciembre de 2011

#CJViu


Apenas tres líneas de texto han permitido que durante treinta años de libertad la gente joven tengamos una mayor legitimidad y podamos desarrollar un papel fundamental, tanto a la hora de construir nuestra joven democracia como de participar en la puesta en marcha de aquellas políticas que buscan dar salida a nuestras necesidades específicas como grupo.

El Artículo 48 de nuestra CE reza: “Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural”. En Valencia, treinta años después de la aprobación de la Carta Magna, el Ayuntamiento de Rita Barberá ha hecho saltar por los aires lo que durante décadas ha sido el centro asociativo de la juventud valenciana, el Consell de la Joventut de València, máximo órgano público de representación de las organizaciones juveniles de la ciudad.

La situación de crisis económica se está utilizando para recortar proyectos y financiación “prescindibles”, lastrando más si cabe la recuperación económica. Ahora también el derecho de la juventud a participar en los asuntos públicos, eliminando, con el visto bueno de la concejala más “juvenil” del grupo municipal del Partido Popular, Beatriz Simón, la subvención que cada año permite a las más de 50 entidades juveniles que conforman Consell de la Joventut de València llevar a cabo un Plan de Trabajo de casi cien páginas.

Este año 2011 el Consell de la Joventut de València celebra su 30º aniversario. Treinta años realizando una gran labor como Centro de Información juvenil, ofreciendo asesoramiento en materia de Juventud, cursos de formación dirigidos a jóvenes, talleres de promoción asociativa, salud, derechos humanos, ocupación, medio ambiente…incluso organizando anualmente una Feria de Asociaciones juveniles de la ciudad de Valencia, así como el Circuit de Música en valencià para dar a conocer grupos jóvenes comprometidos con la lengua propia.

Vivimos tiempos en los que la opinión de las y los jóvenes importa más que nunca. Somos la generación mejor preparada de la Historia, la más capacitada, curiosa y dinámica, y también de las más precarias. Las calles se inundan de jóvenes con ganas de participar, implicarse, denunciar los abusos de un sistema que les está fallando y que no les gusta. El asociacionismo juvenil es la mejor herramienta para canalizar el espíritu crítico de la juventud, las ganas de cambiar las cosas, de aportar algo a la sociedad.

La decisión de asfixiar económicamente al principal cauce de participación y promoción de la Juventud de Valencia hará que el Consell de la Joventut desaparezca; en cualquier caso, citando a Neruda…Podrán cortar las flores, pero nunca acabarán con la primavera.