15 de junio de 2013

Sofistas 2.0


Cómo olvidar aquel sincero “que se jodan” (los parados) de Andrea Fabra, el lamentable ‘tweet’ de Toni Cantó, afirmando sin datos que “la mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas”, o al alcalde de Gandía, Arturo Torró, acusando de “nazis” a los miembros de la PAH y #StopDesahucios, por no hablar de la consellera con el récord en huelgas estudiantiles, llamando a estudiar más y protestar menos.

Ataques de sinceridad o auténticas barbaridades, no tanto por la soberbia como por las ideas que reflejan, que avergonzarían a cualquiera con un mínimo de decencia, respeto y sensibilidad social. Habrían sido motivo de cese en otros países con culturas democráticas más desarrolladas que la nuestra, países donde lo mínimo que se les exige a sus representantes es ejemplaridad ética y responsabilidad democrática. Tomen nota, católicos del perdón gratuito.

La gente normal, quienes sufrimos los recortes en Sanidad, Educación y servicios sociales, el 57% de paro juvenil, nimileuristas que acuden a comedores sociales, jóvenes que emigran, pensionistas que mantienen a su familia, o quienes nos concentramos junto a la Asociación de Víctimas del Metro de Valencia, estamos sencillamente hasta los mismísimos. Hartos de tanto recorte, tanto sofista y tanto impresentable, que cobrando 45.000€ al año, en blanco, negro o en diferido, todavía no se ha enterado de que la gente no aguanta más y se suicida.

Todavía algunos se sorprenden por el linchamiento mediático que reciben ciertos personajes del Gobierno y diputados showman, cada vez que sueltan una nueva burrada pública. “Oye que otros también insultan, cuando nos cargamos los derechos de la mujer, la Educación pública y llamamos nazis a quienes protestan”, dijo el relativista moral, por llamarlo de alguna manera.

Las críticas y abucheos van en el sueldo del representante de turno, más aún si formas parte de un Gobierno borracho de poder, que hace y deshace a su voluntad sacándose de la manga un Decreto ley tras otro. Así, unos creemos en la defensa de los Derechos Humanos, civiles y sociales, y del interés general; y otros creen en Marx, ya saben, “estos son mis principios; si no le gustan tengo otros”.

No es doble moral, son ética y valores universales, frente a la estupidez.


Artículo publicado en la web de la Consultora de Comunicación Política SPQ-Consulting