10 de diciembre de 2013

Tampoc hem eixit en Canal 9


Sóc dels que pensa que Bola de Drac, Les Tortugues Ninja o Els barrufets molaven més quan parlaven en valencià. Pertany a eixa generació de joves que han pogut gaudir i aprendre la llengua gràcies a la Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) la mateixa que, durant els últims vint anys, ha anat allunyant-se i canviant de canal cada vegada que es topava amb Canal 9. Una vomitiva manipulació, desinformació i nul•la pluralitat en els informatius i debats d’esta cadena, la que pagàvem totes i tots, n’han tingut la culpa. 

Supose que per això, l’anunciat tancament de RTVV per part d’un Govern valencià que l’ha anat dessagnant a poc a poc, saquejant i podrint de corrupció, em va produir una doble sensació. Per una banda, la indignació cap a un Partit Popular en caiguda lliure que torna a demostrar la seua incompetència, però també l’esperança de vore com els treballadors i treballadores van prendre les regnes dels informatius, denunciat els abusos i rebel•lat per mantenir viu aquest mitjà de comunicació del poble valencià, lliure de la censura fins a l’últim minut.

Tot i això, han sigut malauradament massa anys de silenci i invisibilitat de molts col•lectius, plataformes i associacions de tot tipus, amb una increïble trajectòria de treball i d’història, fins i tot més de la que n’arrossegava RTVV, que per primera vegada han tingut cabuda en aquesta casa, com és el cas de l’Associació de Víctimes del Metro, Salvem el Cabanyal o Escola Valenciana. Sensibilitats, reivindicacions i moviments socials valencians que, si més no, ho tindran més difícil ara per fer-s’hi escoltar.

Com a resultat, des del mateix dia que Alberto Fabra anuncià el tancament de RTVV, l’audiència es va triplicar (passant d’un testimonial 3% fins a superar el 9% de quota de pantalla) arribant fins i tot a situar-se com a líder, durant un inèdit debat polític entre els principals partits polítics valencians, dins d’una programació especial impulsada pels mateixos treballadors i treballadores, plural i transparent, que va rebre el suport de més de 300.000 televidents. 

Som tota una generació de joves que participem en política que mai hem eixit en Canal 9 per dir el que pensem, reclamem o denunciem; açò ha sigut privilegi del jovent de polo, gomina i mocassins, fidel a l’extint NO-DO valencià. Per això volem que hi torne, i que torne com toca, sent pública, valenciana, plural i de qualitat que per un breu temps havíem oblidat. Que parle de nosaltres i amb nosaltres, de la nostra realitat. Ara sabem que és possible, però caldrà esperar al 9 d’Octubre de 2015.


Article publicat en SPQ-Consulting

6 de septiembre de 2013

La edad no importa


Poder hablar con naturalidad y en libertad sobre sexo y sexualidad en este país, sigue siendo nuestra asignatura pendiente, o mejor dicho, la asignatura obviada que seguimos suspendiendo sin que a casi nadie parezca preocuparle. ¿Aumentar de 13 a 16 años la edad mínima legal para mantener relaciones sexuales? Antes convendría saber qué piensan y qué saben (o no saben) las y los jóvenes y adolescentes sobre sus derechos y salud afectivo-sexual.

Una muestra: el 18,8% de los chicos y el 10,1% de las chicas no creen que "insultar a la pareja" sea violencia machista. El 25% de los jóvenes creen que la mujer debe “trabajar menos y cuidar más a sus hijos”. Sigue sin haber un plan contra el acoso escolar hacia jóvenes LGTB. Han aumentado la transmisión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) y continúan habiendo prácticas sexuales de riesgo.

Un argumento de la ONU y del Consejo de Europa a favor de elevar la edad de consentimiento sexual, es la lucha contra la pederastia. Una medida necesaria, pero no suficiente para evitar este tipo de delitos, ni tampoco para garantizar un desarrollo sexual positivo y saludable desde edades tempranas, ya que en países donde la edad es más alta, como en Reino Unido (16) sigue habiendo una alta tasa de embarazos no deseados; al contrario que en Suecia (15) donde la educación sexual lleva más de medio siglo incluyéndose en los planes de estudio formales.

Poco más que enseñar a poner un condón o regalar tampones y compresas. Esa es la “educación sexual” que la mayoría hemos recibido en colegios e institutos, es decir, la basada en un modelo biologicista y reduccionista de la dimensión sexual humana, relegada a poco más que unas páginas del libro de Conocimiento del Medio, dentro del apartado de “la reproducción” y destacando antes los riesgos que los beneficios de gozar de una vida sexual libre, responsable y satisfactoria.

El pasado miércoles se conmemoró el Día Mundial de la Salud Sexual, este año centrado en los derechos sexuales. Derechos basados en la libertad, dignidad e igualdad inherentes a todas las personas. Derecho al placer, a la integridad y seguridad sexual, a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables, y sobre todo, a la información basada en conocimiento científico, a la educación sexual integral y a la atención de la salud sexual.

Derechos que se tambalean, porque cuando sigue limitándose económicamente el acceso a métodos anticonceptivos, cuando sigue cuestionándose el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad, cuando se recorta en atención sanitaria de la salud sexual, o cuando se elimina la asignatura de Educación para la Ciudadanía, la edad es lo que menos importa.

Artículo publicado en el diario Levante-EMV: http://www.levante-emv.com/opinion/2013/09/09/edad-importa/1030934.html

15 de junio de 2013

Sofistas 2.0


Cómo olvidar aquel sincero “que se jodan” (los parados) de Andrea Fabra, el lamentable ‘tweet’ de Toni Cantó, afirmando sin datos que “la mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas”, o al alcalde de Gandía, Arturo Torró, acusando de “nazis” a los miembros de la PAH y #StopDesahucios, por no hablar de la consellera con el récord en huelgas estudiantiles, llamando a estudiar más y protestar menos.

Ataques de sinceridad o auténticas barbaridades, no tanto por la soberbia como por las ideas que reflejan, que avergonzarían a cualquiera con un mínimo de decencia, respeto y sensibilidad social. Habrían sido motivo de cese en otros países con culturas democráticas más desarrolladas que la nuestra, países donde lo mínimo que se les exige a sus representantes es ejemplaridad ética y responsabilidad democrática. Tomen nota, católicos del perdón gratuito.

La gente normal, quienes sufrimos los recortes en Sanidad, Educación y servicios sociales, el 57% de paro juvenil, nimileuristas que acuden a comedores sociales, jóvenes que emigran, pensionistas que mantienen a su familia, o quienes nos concentramos junto a la Asociación de Víctimas del Metro de Valencia, estamos sencillamente hasta los mismísimos. Hartos de tanto recorte, tanto sofista y tanto impresentable, que cobrando 45.000€ al año, en blanco, negro o en diferido, todavía no se ha enterado de que la gente no aguanta más y se suicida.

Todavía algunos se sorprenden por el linchamiento mediático que reciben ciertos personajes del Gobierno y diputados showman, cada vez que sueltan una nueva burrada pública. “Oye que otros también insultan, cuando nos cargamos los derechos de la mujer, la Educación pública y llamamos nazis a quienes protestan”, dijo el relativista moral, por llamarlo de alguna manera.

Las críticas y abucheos van en el sueldo del representante de turno, más aún si formas parte de un Gobierno borracho de poder, que hace y deshace a su voluntad sacándose de la manga un Decreto ley tras otro. Así, unos creemos en la defensa de los Derechos Humanos, civiles y sociales, y del interés general; y otros creen en Marx, ya saben, “estos son mis principios; si no le gustan tengo otros”.

No es doble moral, son ética y valores universales, frente a la estupidez.


Artículo publicado en la web de la Consultora de Comunicación Política SPQ-Consulting

30 de mayo de 2013

¿Aprobar Física, o Religión?


“El profesor de Física dice que no se puede convertir el agua en vino; el de Religión, que sí. Hay que aprobar las dos asignaturas”. Este fue uno de los comentarios más sonados en las redes sociales, poco después de saber que la nota de Religión volverá a contar para hacer media, estudiar una carrera o para acceder a becas, tras aprobarse el proyecto de reforma de la enseñanza del Gobierno de Rajoy, con la bendición de los obispos y la indignación de la práctica totalidad de la comunidad educativa.
 
Rouco Varela debe estar eufórico. Tras la franquista ley general de Educación de 1970, que impuso la asignatura de Religión como materia evaluable, convertida con la LOGSE de 1990 en asignatura opcional no computable en la nota media, el PP recupera con su “ley Wert” una reivindicación histórica de la Conferencia Episcopal: igualar el adoctrinamiento religioso al conocimiento científico en las aulas, además de la desaparición de la asignatura Educación para la Ciudadanía en valores democráticos.
 
Como respuesta, más de 20.000 personas han firmado la demanda de Joves Socialistes de eliminar la Religión del currículum escolar, porque la consideramos incompatible con una Educación pública, laica y de calidad, además de suponer un gasto público de 500 millones de euros al año en un profesorado que no es funcionario ni interino, mientras los impagos del Consell impiden que centros escolares puedan contratar docentes, y miles de estudiantes siguen hacinados en barracones.
 
Cuando cada vez menos jóvenes eligen ir a clase de Religión (54%) cae el número de ceremonias católicas y sólo una de cada cinco personas que dice ser católica va a misa, la jerarquía de la Iglesia intenta a la desesperada frenar la progresiva secularización de nuestra sociedad, temerosa de perder su influencia y privilegios, actuando como lobby de un Gobierno nostálgico del nacionalcatolicismo.
 
En definitiva, parece absurdo que para estudiar Medicina o Derecho valga lo mismo la nota de Matemáticas, Historia o Biología que la de Religión, pero más absurdo es el Concordato con la Santa Sede, utilizado para justificar este tipo de contrarreformas, cuando no para violar los derechos de la mujer y del colectivo LGTB. Así, el estudio de los milagros y credos, se equiparará al de los Derechos Humanos y la Ética. Así nos va.

Artículo publicado en el diario Levante-EMV (1/6/2013)

15 de marzo de 2013

A Rita Barberá no li agraden les Falles

A Rita Barberá no li agraden les Falles. Mascletà rere mascletà, l’alcaldessa es queixa de la gent que l’escridassa i li crida veritats davant del balcó de l'Ajuntament. Rita no tolera les crítiques, i vol que es facen “en un altre moment” que no siga en la festa per excel·lència dels valencians i les valencianes. Sembla que no suporta l’esperit satíric, irònic i reivindicatiu del món faller, d’un poble cabrejat, fart de retallades i corrupteles.

En una altra època, ningú s’hauria imaginat que el tradicional ninot que representa a la més estimada representant valenciana seria tacat per una censura tan ridícula. Ja veus tu, fent desaparèixer unes humils tisores, retalladores de pressupostos, projectes i, ja ficats, d’uns quants drets també. Si volien que el ninot de l’alcaldessa es salvara de les flames, no calia una gamberrada així, només diguent-li a l’artista faller que canviara les tisores per una de Beefeater, per exemple. Més graciós, i més vots de la gent.

Les Falles mai han sigut apolítiques, sinó l’expressió artística del sentir popular valencià, incloses la caricaturització i crítica política que formen part de la manera de ser d’ací. Quan milers de persones plenem els carrers de València la resta de l’any, clamant pels drets que ens retallen i demanant explicacions als nostres representants, sorprèn que el malestar i indignació ciutadana segueixen presents durant aquesta celebració popular valenciana, d’origen rebel i reivindicatiu? No gaire.

Per això enguany, una vegada més, Rita Barberá i la seua cort d’aduladors ben plantats s’hauran d’engolir les protestes, en les mascletades i en les comissions, dalt o baix del balcó de l’Ajuntament. Perquè el nombre d’aturats, desnonats i de joves emigrants que no podem estudiar ni treballar, perquè no ens deixen, no és per riure’s ni botar de felicitat. Tot i això, pareix que l’alcaldessa vol tindre la festa en pau, tranquil·la i sense sobresalts. Doncs assabente’s, alcaldessa, renaixen les Falles populars!

5 de enero de 2013

Jove i juvenil “Veu del País Valencià”

No, no s’ha estrenat la versió valenciana del famós programa de televisió. Naix la “Veu del País Valencià”, o millor dit, renaix de les cendres del periodisme independent, d’esquerres i valencianista un nou projecte comunicatiu en clau valenciana, amb una línia editorial on “la defensa dels drets humans, la pau i no-violència, el respecte per la natura i el medi ambient, i la cultura, llengua, patrimoni historicoartístic, tradicions i la història del País Valencià” es presenten com a principis fundacionals. La cosa pinta bé. 

Llegint “Comunicant la Revolta”, l’últim treball de Xavier Ginés, un es fa una idea del que li costa fer-se escoltar tant als moviments socials com als mitjans de comunicació dels que s’anomenen “alternatius”. Sobreviure enmig d’una hegemonia mediàtica de color blau no és gens fàcil. Amb una tasca periodística que arrossega una crisi pròpia i econòmica i la nova realitat 2.0 en plena ebullició, es fa necessari alguna cosa més que el voluntarisme per tal d’arribar a un públic orfe d’una font d’informació seriosa, lliure de lligams empresarials o censura. 

Igual com van ser InfoTV, l’Avanç o l’Informatiu, els i les professionals de la “Veu del País Valencià” enceten una nova aventura on prima la rigorositat, la complicitat dels lectors i col•laboradors de nivell, a més a més aprofitant les eïnes i possibilitats de la comunicació en xarxa. L’única batalla pendent és la d’aconseguir finançament, vital per tirar endavant i treballar amb dignitat. Ara per ara, l’aposta pel micromecenatge i la crida a la cooperació voluntària (a partir de 1€/mes, preneu nota) pareixen les eixides més útils per mantindre viu aquest nou espai de pluralitat informativa. 

La “Veu del País Valencià” vol donar cabuda -donar veu- a tot tipus d’associacions, ONGs i moviments silenciats, quan no senzillament marginats per les grans empreses de la comunicació, amb molt que dir, denunciar i proposar. Per això som també les organitzacions juvenils les que tenim molt que esperar d’aquest nou mitjà, just en un context de gran activitat del teixit estudiantil i associatiu jove, amb manifestacions i protestes cada vegada més multitudinàries i un carrer que clama contra els atacs al nostre futur en forma de retallades a l’Educació pública i contra l’atur juvenil, l’èxode massiu o la manca d’una vivenda digna. 

Les i els joves valencians ens hem de fer escoltar, cridar més alt perquè les nostres queixes, propostes i opinions arriben ben lluny, aprofitar tots els espais per debatre, participar i implicar-nos per transformar allò que no ens agrada. Es la nostra tasca, una tasca que la “Veu del País Valencià” segur tindrà en compte, perquè hui la veu del País és més jove que mai.

2 de enero de 2013

A los jóvenes del 2013


Cada año se repite el mismo ritual: “¡Feliz año nuevo! ¡Y mis mejores deseos de salud y felicidad!”. Vuelven los buenos propósitos y las promesas relativamente fáciles de cumplir, al menos cuando parecía irnos bien y la Sanidad era pública y gratuita, estudiar garantizaba tener un futuro digno y a nadie le importaba lo que era la prima de riesgo.

Lo cierto es que hay pocos motivos para creer que el año que empieza vaya a ser mejor que el anterior. La OCDE prevé un 25,3% de paro para el año 2013, un récord histórico que va a seguir cebándose con nosotros los jóvenes, disparándose el desempleo juvenil hasta extremos insoportables que superan el 50%. La consecuencia es que ya son más de 55.000 quienes han tenido que emigrar al extranjero (INE), la mayoría con un título universitario bajo el brazo y no por ser “aventureros”, sino para poder comer.

La opción de quedarse no pinta nada bien. Miles de jóvenes estudiantes nos enfrentamos a una reforma educativa absurda y recortes ideológicos contra el sistema público de enseñanza. Menos profesores con menos salario, más alumnos por clase, 800 barracones, impagos de la Generalitat en servicios básicos, recortes y robo de becas al estudio, Erasmus, transporte o comedor, subida de tasas, marginación del valenciano, españolización, etc. Medidas agresivas y recorte de derechos impuestos a golpe de porra y decreto ley.

Cada día hay unos 46 desahucios en el País Valencià, la edad media de emancipación roza los 30 y la eliminación de las ayudas al alquiler para jóvenes sólo es una traba más contra nuestra libertad y nuestros proyectos de vida. ¿Por qué? Bueno, que se lo pregunten a la “McDonalización” universal de las relaciones laborales que recoge la última contrarreforma laboral, retrospectiva de la Edad Media y la puntilla a la precariedad en el trabajo.

¿Qué bonito, verdad? En 2013 nuestra generación, la que no dejan de repetir que es la mejor formada de la historia, que somos el futuro, seguirá viviendo peor que nuestros padres y madres. Y a quien se le ocurra protestar, que sepa que hay una mayoría silenciosa que calla, traga y sonríe, una mayoría nimileurista, que ha vivido por encima de sus posibilidades creyendo que sus derechos y bienestar iban a ser universales y eternos.  

En fin, visto el panorama, sólo hay dos opciones. Podemos agachar la cabeza, resignarnos, dejar que sigan empobreciendo nuestras vidas, ver cómo se criminaliza el derecho a huelga y manifestación y nos llaman “el enemigo”, o convertir la rabia en acción, la indignación en compromiso. Implicarse, cada uno a su manera, porque la política que no hagamos nosotros, se hará -ya lo están haciendo- contra nosotros. Sin miedo más que a la frustración y a la indiferencia. Por tus derechos, y los nuestros. ¡Organízate, y lucha!

Artículo publicado en el diario Levante-EMV (12/1/2013)