15 de enero de 2010

Plan Confianza vs. Plan E


Tod@s conocemos el Plan E de Zapatero, generoso pack de medidas dirigidas a paliar los efectos de la crisis económica que azota nuestro país. Sin embargo, no tan conocido es el Plan Confianza del gobierno valenciano de Camps, anunciado en su día por la Generalitat como “medida estrella” en la lucha contra el paro, que agoniza por falta de financiación (estando en 2010, los municipios tan sólo han recibido 4 de los 1020 millones previstos para el Plan).

A lo largo de la crisis, la valenciana está siendo la autonomía líder en destrucción de empleo (términos absolutos) fruto de nuestra economía regional basada en la precariedad laboral y la nula productividad (modelo del urbanismo salvaje). Cerca de 500.000 trabajador@s en paro en España son valencian@s, y mientras en la mayoría de CCAA ralentiza la caída económica, aquí se siguen destruyendo numerosos puestos de trabajo sin que el PP trate de impedirlo.

El Plan E del gobierno socialista lleva invertidos (reales) cerca de 900 millones de euros en tierras valencianas, directamente en creación de empleo público (casi 45.000 puestos) mientras las obras del Plan Camps no han generado empleo y corren riesgo de impago, incluso allí donde gobierna el PP. ¡Cuánta confianza!

Mas allá de esta comparación, se evidencia la clara distinción entre unas políticas socialdemócratas, que creen en el papel del Estado como subsanador de los errores del capitalismo, confían en la inversión pública como fuente de Bienestar Social y redistribución de la riqueza que corrige las desigualdades sociales, y tienen como objetivo superar la crisis económica a través de una progresiva renovación y mejora de nuestro sistema productivo. Lo que están haciendo todos los países, vamos.

Y unas políticas neoliberales que no ven necesario velar por los intereses de la inmensa mayoría (la clase trabajadora), que no creen, dicen, importante ni útil la inversión pública y su función ahora cuando más falta hace (salvo si es para Pan y Circo) y que, en definitiva, defienden unas tesis que han beneficiado mucho a unos pocos a costa de violar el interés común, dando lugar a una crisis económica que, confían, se superará con las mismas prácticas que la han provocado. ¡Menuda paradoja, oiga!

2 comentarios:

Gabriel Salinas dijo...

Es evidente que lo del Plan Confianza es una auténtica farsa propagandística para ser promocionada en Canal 9. Pero como política activa de creación de empleo es una buena idea -copia del Plan E- pero sin recursos, lo cual deriva en que sea un plan inexistente y evidentemente, ineficaz. De todos modos, lo que quiero recalcar es que la diferencia entre uno y otro, es la aportación de recursos, la idea, en esencia, es la misma. Una idea más keynesiana que socialdemócrata diría yo, pero lo que es evidente es la diferencia que existe entre el PPCV que opta por una bajada de impuestos -irresponsable porque hay una deuda gigantesca que devolver- como forma de estímulo económico. En mi opinión, un claro error, se necesitan políticas activas eficientes -y el Plan E no lo es, se ha demostrado parcialmente eficaz, pero en ningún caso eficiente-.

Carlos Manzana dijo...

Evidentemente Gabi, ambos, tanto Plan E como Plan Confianza, son lo mismo o, al menos, buscan lo mismo, aunque con matices.

La diferencia está en que no sólo uno está dotado de financiación y está dando resultados y el otro no, sino que uno se ha diseñado y lanzado como un verdadero conjunto de medidas destinadas a poder mantener, dentro de lo que cabe, el equilibrio económico español, a través de medidas intervencionistas. Y el otro, como bien señalas, se ha presentado como una copia barata del Plan E, en un intento (y este es el quid de la cuestión) de atraer la popularidad de las clases medias y trabajadoras valencianas.

Camps y el PP sabían desde un principio que el Plan Confianza era una mentira y una propaganda clara en un intento de hacer creer a la mayoría (la clase trabajadora) que se preocupan por sus intereses, y no pensaban dotarlo de financiación. No olvidemos que nos gobiernan los expertos en marketing político.