14 de abril de 2010

¡Viva la República!


Hoy, 14 de Abril del 2010, celebramos el 79º aniversario de la proclamación de la Segunda República española. El periodo histórico, fruto de la democracia, que mayores reformas y progreso social trajo para la España de principios del siglo XX. El pueblo español, por primera vez, despertó aquella mañana de 1931 siendo, al fin, el legítimo y soberano dueño de su destino.

La República nació en un ambiente de alegría y entusiasmo generalizados. Fue la voluntad cumplida de un pueblo cansado de soportar la tiranía y el despotismo de las altas clases oligarcas, que desde siempre habían controlado el poder a costa del sufrimiento y explotación de la mayoría, a la que nunca reconocieron ni respetaron sus derechos.

Motivo de elogio fue la Constitución progresista de 1931, ejemplo de una Democracia completa en la que el Estado se hizo eco de la voluntad popular y de los principios de igualdad, laicidad y respeto por la libertad de cada ciudadano y ciudadana, y por los pueblos de España. “Una República de trabajadores de todas clases”

Entre los años 1931 y 1939, la jefatura del Estado español fue en exclusiva designada por la soberanía popular, a través del voto democrático, cumpliéndose los principios de igualdad y libertad. Niceto Alcalá-Zamora, Manuel Azaña o Alejandro Lerroux son ejemplo de que cualquier ciudadano puede perfectamente llegar a ser jefe del Estado en España.

Pero este sueño de muchos, cumplido al fin, sufrió las consecuencias del movimiento fascista contra-revolucionario (en auge en la Europa de Hitler y Mussolini) impulsado por las fuerzas monárquicas y antidemócratas en España, respaldado a su vez desde la cúpula de la Iglesia y gran parte del Ejército de entonces, así como por los grandes señores terratenientes y tradicionales aristócratas financieros de la alta burguesía, que desde un principio conspiraron contra el poder establecido mediante las urnas.

Y es que las valientes reformas que se llevaron a cabo: separación efectiva Iglesia-Estado, reforma agraria más justa y digna para los trabajadores, así como la reordenación militar que supeditara al poder civil y profesionalizara al ejército; la ampliación de derechos sociales y civiles, o la apuesta por una educación de calidad y el impulso de los servicios públicos para acabar con las desigualdades históricas de la población, etc., suponían acabar con los privilegios de una minoría en pos del bien común, del bienestar de la inmensa mayoría.

La Segunda República cayó por medio de las armas y del odio fascista, cayó en Guernica y a orillas del río Ebro, como consecuencia de un levantamiento militar antidemócrata, respaldado por la barbarie nazi y el fascismo italiano, que impuso una dictadura feroz y brutalmente represiva, criminal y totalitaria en nuestro país.

Se dice que la Historia la escriben los vencedores, pero la memoria colectiva, la de aquel pueblo y la de sus descendientes, jamás olvidará aquellos años en los que hubo esperanza de una España mejor, una España moderna, libre y plural, la España social y democrática que intentó devolver la dignidad a un pueblo torturado y despreciado desde siempre.

VIVA LA REPÚBLICA

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