26 de marzo de 2010

Educar en Igualdad


En aplicación de la ley de Igualdad, esta semana la Universitat de València ha inaugurado la “I setmana per la Igualtat”, una iniciativa original y progresista que el nuevo equipo rector ha presentado como una forma de “promover las condiciones favorables para la participación de las mujeres“.

A excepción de los grupos estudiantiles situados a la derecha, Campus Jove, junto con otras organizaciones estudiantiles de izquierda comprometidas con los valores de la igualdad que promueve el feminismo, los valores de justicia social y la reivindicación de los derechos de todos y todas, ha participado en esta actividad que no sólo se dirige a la mujer, sino a todo el colectivo estudiantil.

Y es que, desgraciadamente, a día de hoy la desigualdad de género en la comunidad universitaria es evidente: aun habiendo más tituladas, la presencia de la mujer en cátedras y puestos de investigación universitarios sigue siendo prácticamente testimonial, con tan sólo un 15% de catedráticas y un 30% de cargos de responsabilidad ocupados por mujeres en la UV; no hay una actualización de los contenidos académicos que suscriban el papel que la mujer ha tenido en la historia y en la sociedad, en el conocimiento; existe un uso sexista del lenguaje, así como escasez de proyectos que fomenten la no discriminación y la no violencia hacia las mujeres, y que rememoren a sus figuras destacadas, entre otros déficits que promueven la discriminación.

Merece todos los aplausos la clara apuesta de la Universitat por conseguir un espacio universitario plural e igualitario, donde cada vez más el colectivo de estudiantes femenino supera en número al masculino, en una sociedad moderna en la que ya no se tolera la violencia machista, la discriminación por razón de género, y donde la mayoría de gobiernos y partidos políticos han interiorizado, junto con el conjunto de la ciudadanía, el compromiso por la igualdad.

La juventud, y especialmente el colectivo estudiantil universitario, será protagonista del cambio social a través de una educación que desarrolle el espíritu crítico del individuo, que rompa las cadenas del prejuicio. Una educación pública de calidad que promueva la igualdad de oportunidades, pero sobre todo una educación que haga tomar conciencia de la necesidad de acabar con las trabas que, todavía hoy día, las mujeres se ven injustamente llevadas a superar por el mero hecho de serlo.

No hay comentarios: