10 de abril de 2012

Juventud sumisa

La Historia nos ha enseñado que una juventud crítica, rebelde y reivindicativa hace temblar a los gobiernos irresponsables, déspotas y autoritarios. Es por eso que temen la participación temprana de la ciudadanía joven a la hora de debatir, innovar y presentar propuestas alternativas que tratan de solucionar los problemas que nos afectan como colectivo tradicionalmente precario, e injustamente tratado.

En 2011, la imposición unilateral de una Ley valenciana de Juventud pobre y reaccionaria acabó con treinta años de Consejos de la Juventud, auténticas escuelas de ciudadanía, condenados al desamparo institucional sin la obligación moral y democrática de recibir apoyo y financiación por parte de la Administración; ahora, un tsunami de recortes injustos y abusivos que llevan la firma del PP valenciano ha eliminado las subvenciones que permiten funcionar a la inmensa mayoría de organizaciones políticas y sindicales juveniles del País Valencià.

Este nuevo ataque a la pluralidad democrática no es casual, ni responde a la “necesidad” de una Generalitat Valenciana en quiebra técnica para hacer cuadrar las cuentas públicas, sino que ocurre tras haberse producido una reacción juvenil multitudinaria, en la calle y en la red, contra los recortes antisociales en el Sistema Educativo valenciano, incluida la Huelga General de estudiantes del 29F y las concentraciones masivas contra la brutalidad policial que se vivió en Valencia, a raíz de las protestas pacíficas del IES Lluís Vives.

El artículo 48 de la CE reza: “Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural”; pero a la derecha valenciana le incomoda una juventud formada, informada e implicada en la vida social a través de los cauces de participación que conforman asociaciones, colectivos, plataformas y organizaciones políticas y sindicales, más allá del voto libre y democrático cada cuatro años.

Lejos de eliminar las subvenciones que reciben patronal, el clero o fundaciones públicas fraudulentas, criminalizan a la juventud diciendo que somos “el enemigo”, y pretenden callarnos con esta medida autoritaria que atenta contra el corazón de cualquier democracia como es la participación política de sus jóvenes. Quieren una juventud sumisa, resignada, conformista y en silencio, pero ni nos vamos callar ni conseguirán doblegarnos.

1 comentario:

Ruth dijo...

Carlos, jo et puc explicar el cas del CJE, organisme autònom amparat sota el mateix article de la Constitució.

La reducció d'un 25% del pressupost i un 53% la partida destinada per a fer les activitats ha sigut la manera del Gobern d'Espanya d'atacar a la linea de flotació del Consell de la Joventut d'Espanya.