25 de agosto de 2009

Fórmula 1 en Valencia


Desde hace más de diez años, la ciudad de Valencia, poco a poco, se ha ido convirtiendo en escaparate y emblema de la política del espectáculo, la fiesta permanente y el despilfarro de quien se cree que el dinero crece en los árboles, pretendiendo dar ejemplo de modernidad y supuesto bienestar.

Fruto de esta manera de entender las necesidades de la ciudadanía, en 2007, de cara las elecciones autonómicas, se vendió a los valencianos la moto, o chantaje electoral, de que con el levantamiento de un circuito de Fórmula 1 en las calles de la capital del Turia (¿Cheste?), el Gobierno popular de Francisco Camps iba a generar “riqueza y empleo” para todas y todos los ciudadanos de esta histórica ciudad de trabajadores. Algunos, ilusos, se lo creyeron.

Han pasado un año desde que en Valencia, líder en endeudamiento público, se vienen realizando competiciones automovilísticas urbanas; veamos, pues, cuáles han sido los supuestos beneficios, y a quien/es ha favorecido este macro-evento:

El Gobierno de la Generalitat desembolsó en 2007 adjudicaciones a las empresas constructoras del Valencia Street Circuit por un valor de más de 75 millones de euros, un dinero que, se nos dijo, se “recuperaría” gracias a los “enormes beneficios” derivados de la venta de entradas, publicidad, promoción de la ciudad o turismo, al calor de la “alonsomanía” y entusiasmo que despierta la F1; pero lo cierto es que el grueso de estas comisiones fueron e irán a parar a empresas privadas encargadas de organizar este circo de la automoción, empresas de otros “amiguitos del alma” de nuestro trajeado President, como Valmor Sport.

Se afirmó, por parte del Consell, que el coste sería “cero” y que se afrontaría “sin un solo euro de las arcas públicas valencianas”, pero esta nueva mentira se evidencia a día de hoy cuando, incluso sin todavía conocer el alcance real de la inversión, se han llegado a “subvencionar” con más de 80 millones de euros, directa o indirectamente, aspectos relacionados con este evento.

Este año se ha resentido el aforo en Valencia, habiendo una diferencia de 50.000 asistentes menos respecto a 2008 (la mitad) y, para colmo, otros 90 millones de euros va a embolsarse, a costa del bolsillo del contribuyente, la empresa en quiebra Valmor, patrocinadora principal del Gran Premio valenciano.

Los hosteleros y hoteleros (FEHV) confiesan el escaso impacto económico que ha supuesto el GP de F1 en Valencia, el turismo no ha experimentado grandes subidas y el empleo generado ha sido insuficiente, precario y de poco alcance. Si han habido beneficios han sido mínimos, y a demasiado largo plazo como para cubrir los intereses de la inmensa mayoría de los valencianos y valencianas ahora en tiempos de crisis.

Cientos de millones de euros invertidos que, sin embargo, no han repercutido en el bienestar de la ciudadanía. Cientos de miles de euros que no irán a parar a la mejora de la Educación Pública valenciana, en decadencia; no dotaran de financiación la Ley de Dependencia, no se mejorará nuestra Sanidad Pública, no modernizará un servicio de transporte público caduco y obsoleto, un dinero que no mejorará las políticas sociales valencianas, o que no beneficiará a los estudiantes y jóvenes que necesiten becas.

Las prioridades del Partido Popular valenciano no son estas, ya que no se relacionan con sus tesis políticas basadas en la austeridad del gasto público (salvo para macro-eventos) interés particular por encima del general, o su afán de exaltación patriótica extrema, que roza el chovinismo, para adueñarse de los símbolos de todos y del voto emocional.

Todo esto lanza la sospecha sobre un cúmulo de irregularidades que, como de costumbre, se camuflan ante la opinión pública y se disimulan como quien guarda bajo la alfombra la porquería. ¿Qué opinarán los ciudadanos y ciudadanas del uso que este Govern hace de sus impuestos?

2 comentarios:

Rodrigo dijo...

Buuuuu! Si la formula 1 es mazo divertida! Hay coches y hacen ruido! brum brum!xD

Anónimo dijo...

Muy buen artículo.

Sobre lo de la austeridad del gasto público del PP no hay más que ver que la comunidad autónoma más endeudada de España es la Comunidad Valenciana y el municipio más endeudado es la ciudad de Madrid, siendo el segundo la ciudad de Valencia. Austeridad poca o ninguna, y si en algo son austerios es en invertir en educación, universidades, sanidad, etc. Ya veremos ahora como vamos a pagar este despilfarro.