27 de agosto de 2009

La Vuelta a la Crispación


La primera legislatura de Rodríguez Zapatero podríamos resumirla en lo que fue constante a la hora de abordar la estrategia política del principal partido de la oposición: la estrategia del NO a todo, la estrategia de la mentira y la estrategia de la crispación.


En elecciones de 2008, la población española decidió mayoritariamente dar la victoria al actual Gobierno socialista, rechazando rotundamente la manera de entender la política que representa el Partido Popular, la derecha. Fue entonces cuando Mariano Rajoy pareció rectificar y darse cuenta de que, por ahí, no va a llegar a ninguna parte, no les iba a salir bien la jugada. Puro teatro.


Año y medio más tarde, y crecidos por el desgaste de crisis económica que está soportando el Ejecutivo, la derecha vuelve a sacar del baúl su clásica arma de guerra, preparada para disparar contra quien se atreva a cuestionarles, incluido el Estado, jueces o policías, con el único objetivo al que aspiran: codiciar poder a toda costa.


La crispación vuelve a contaminar el clima político español. Fruto de la desesperación de un partido enfermo de corrupción, que carece de iniciativas y de proyectos serios, algunos de los principales líderes populares llevan semanas lanzando gravísimas acusaciones contra el Gobierno de España, llegando, incluso, a tildarlo de “dictatorial”, sin presentar todavía ni una sola prueba y sin acudir a los tribunales encargados de juzgar la supuesta “persecución y espionaje” que, dicen, sufre “todo un partido político”.


Son afirmaciones que cuestionan la legalidad y el honor de todo un sistema Judicial formado por profesionales de la ley, jueces y policías encargados de actuar ante la sospecha de delitos, sobre todo si son denunciados, en este caso, por compañeros de partido dentro del PP.


Nadie que crea en la Democracia puede opinar que se esté persiguiendo a la oposición desde el Gobierno, nadie puede pensar, sin presentar un sólo argumento objetivo y lógico, que vivimos en un país donde los Derechos Humanos y el Estado de Derecho no están consolidados. Precisamente por esto, el Partido Popular se quedó sólo en el Congreso tratando de convencer al resto de grupos de su acoso masivo por parte del PSOE.


Desde luego, todo este jaleo solo puede significar que, o bien un brote de esquizofrenia y paranoia se esta adueñando de las cabezas visibles en el seno del PP, viendo teléfonos pinchados y persecuciones fantasmagóricas en todos lados; o bien este bochornoso y patético espectáculo responde a la vuelta de una estrategia que pretende engañar y manipular a las y los ciudadanos de este país, que no son tontos en absoluto.


Evidentemente, a la derecha española le queda un largo recorrido por trazar si quiere equipararse en talante y en rigor al resto de fuerzas conservadoras europeas. Nuestra derecha no aprende, no evoluciona, y el problema principal es que mientras haya gente que les apoye, la salud democrática española no se fortalecerá, porqué no van a cambiar a no ser que haya votos de por medio.


Lo más curioso de todo es que hay quien piensa que les va a ir bien con esta táctica de distracción, de lanzar bulos, que van a ganar. Supongo que es gente que no atiende a razones, no piensa, porqué pensar cansa y es mejor dejarse llevar por una imagen o por un mensaje populista y demagógico. En fin.

¿Te los imaginas gobernando?

1 comentario:

Alberto Ginel Saúl dijo...

Nuestra derecha está muy lejos de la CDU alemana o del UMP francés. El PP, en suma, por los muchos legajos pretéritos que en él persisten, está muy lejos de la derecha europea y civilizada.

Llevan 10 años girando al centro. Y yo me pregunto: donde estarían... que todavía no han llegado a él. ¿De donde venían?

Todos sabemos la respuesta.