3 de septiembre de 2009

Nuevo curso político, protagonista: la CRISIS


Quien pensaba que las vacaciones de verano iban a significar una tregua para el pesimismo económico no estaba del todo equivocado. La caída continua del desempleo y la remontada de las grandes economías del Mundo, unido al aumento de la confianza, traían aire fresco para todos, pero lo cierto es que la vuelta a la rutina se va a ver abrumada por las últimas noticias económicas, que no dejan de ser un varapalo para la confianza y entusiasmo de la ciudadanía.

Los recientes datos económicos no dejan indiferente a nadie: el paro aumenta y la recesión del PIB se acrecenta. Efectivamente, la Economía continúa en crisis y el otoño se presenta complicado para todos los Gobiernos, especialmente para el nuestro.


En España, el paro sigue siendo protagonista indiscutible del día a día y de las conversaciones de la gente. Es una de las principales preocupaciones y no es para menos, con 3,6 millones de personas desempleadas (o 4 millones y pico, según se mire) y un horizonte incierto. Nuestro PIB lidera la caída en la zona euro y nuestro modelo productivo todavía necesita impulso para encauzarlo hacia un eficiente y moderno desarrollo sostenible. Parece evidente, pues, que la situación es grave y requiere medidas contundentes.

El Ejecutivo español se prepara para un curso político que va a dar mucho que hablar. Por un lado, España debe dar el sprint final que de alas a la recuperación progresiva de su frágil economía: incentivar el empleo (empleo No precario y de calidad), la investigación y la modernidad, la formación profesional y la apuesta por lo social y ecológico pueden ser grandes herramientas que permitan alcanzar poco a poco este objetivo.

De momento, a nivel nacional se están llevando a cabo medidas paliativas que pretenden proteger a la mayoría mientras arrecia la tormenta, ayudas económicas que permitan sobrellevar estos complicados momentos para muchas familias y empresas, todo ello unido a un extenso paquete de iniciativas que buscan, además de la protección social, reformar paulatinamente los pilares económicos sobre lo que España se viene sosteniendo desde hace décadas.

Pero la verdadera salida y recuperación financiera solo será posible mediante el consenso y acuerdo de las principales potencias mundiales, acuerdos que deben centrarse en importantes cambios que impidan que se repita esta situación en el futuro, cambios que se centren en el control de los mercados para evitar abusos excesivos, cambios para perseguir sin reparo el fraude fiscal, para condenar y prevenirnos de la avaricia de unos pocos. Difícil tarea, pero incuestionable.

Sin duda, tal y como afirman cada vez más organismos económicos, como el FMI, “lo peor ya ha pasado por ahora” y “no estamos en una caída libre” como al principio de este huracán financiero, pero, y esto es algo que siempre repito, no hay que bajar la guardia todavía ni confiarse, hay que seguir trabajando para que no sean los de siempre quienes paguen los platos rotos, para que esta situación, fruto del descontrol y de la gula codiciosa de unos sin vergüenzas, no vuelva a repetirse. Ya veremos si se consigue.

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, esperemos que esta vez espabile y mire por donde camina.

1 comentario:

Andrés Boto dijo...

Es muy importante llegar a acuerdos de forma internacional, tiene que aumentarse la vigilancia a los bancos y la intervención del Estado en la economía, la teoría neoliberal está caduca como nos ha demostrado esta crisis financiera internacional.